Luke Littler empezó a jugar a los dardos cundo tenía dieciocho meses, todavía no sabía hablar, gateaba, y su padre se los envolvía entre algodones para que los lanzara sobre una diana que había comprado por el equivalente de un euro…
Luke Littler empezó a jugar a los dardos cundo tenía dieciocho meses, todavía no sabía hablar, gateaba, y su padre se los envolvía entre algodones para que los lanzara sobre una diana que había comprado por el equivalente de un euro…