“Yo, aquí”, decía Lamine Yamal con el dedo, señalándose primero a él mismo, y después el césped, el escenario. Después, por si quedaba alguna duda, por si había alguien que aún no lo tenía claro, por si no se había visto…
“Yo, aquí”, decía Lamine Yamal con el dedo, señalándose primero a él mismo, y después el césped, el escenario. Después, por si quedaba alguna duda, por si había alguien que aún no lo tenía claro, por si no se había visto…