El utopismo puritano más hipócrita se ha adueñado del fútbol y de la sociedad entera. No sólo hay que desinfectarlo de instintos y pasiones, también de errores, patinazos y meteduras de pata. Quienes saltan al campo a correr tras el balón…
El utopismo puritano más hipócrita se ha adueñado del fútbol y de la sociedad entera. No sólo hay que desinfectarlo de instintos y pasiones, también de errores, patinazos y meteduras de pata. Quienes saltan al campo a correr tras el balón…